sábado, 19 de noviembre de 2011

No tengo otro camino (mi lenguaje de amor)




“Y escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: Estas cosas dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre. Apocalipsis 3: 7

Que hermoso es cuando Dios nos declara abierta una puerta, cuando nos da la licencia de actuar donde por mucho tiempo no habíamos podido; llegamos a conocer tan profundo el amor y la misericordia de Dios cuando nos vemos alcanzados por su mano; ¿pero que pasa cuando Dios no abre sino que cierra una puerta?, ¿será que se ve minorado el amor de Dios?, ¿podrá Dios olvidar que un día nos dio una llave para abrir y dejar aquella sin efecto?.

La verdad es que jamás veremos en menor extensión el amor de Dios, aunque " el Santo, el verdadero; el que tiene la llave de David" hoy nos esté cerrando una puerta. El profundo y verdadero amor de Dios nos abraza más cuando estamos a punto de cruzar una "gran puerta" que nos lleve al precipicio Prov. 14:12, “Hay camino que al hombre le parece derecho; Pero su fin es camino de muerte”, y vemos su mano apretar, y apretar aunque duele un poco, aunque nos podemos sentir lastimados, pero el dolor no nos deja ver el abismo del que estamos siendo librados; bien dice la sagrada escritura que Dios rebosa de amor y en misericordia aun cuando queremos desobedecer y salirnos de su propósito, él nos abraza, nos separa de todo lo que nos pueda hacer daño con su lazo de amor.


En el día 32 de la larga espera me encontraba, ya habían pasado 115 días desde aquella confirmación contundente, mi fe crecía, se detenía y volvía a crecer, entre tanto y tanto hería también la espera, mis ojos por días pasaban de ser grandes y brillantes a ser pequeños y enrojecidos cuando la lagrimas no se podían contener; quería correr a algún lado, quizás a otro lado muy lejos, tal vez gritar, gritar hasta que el eco agudo llegara hasta la frontera con el Amazonas y ¡ alguien escuchara que esto dolía !, pero era inútil , ¡ no era en mis fuerzas !, eso lo entendía, pero también me desgastaba poco a poco y ya ¡no podía más!.


Y allí estaba yo, tratando de buscarle otra solución a mi debilidad, queriendo ayudar a Dios y plantearle una hipótesis que fuera más creíble, no porque pensara que al todopoderoso le quedara grande aquel fuerte reto, sino porque ¡ya estaba agotada de esperarte!, si de esperar que alguien viniera aquel encuentro que había sido establecido en el calendario divino, aquel encuentro que cuando lo clamé a Dios pensé que simplificaría mi vida, pero que ahora la estaba complicando. y bueno solo dije :"ya no fue", hasta aquí llegaron mis pies y seguiré mejor por este camino que parece estar más cerca, pero justo cuando pretendía entrar sentí un fuerte golpe en mi nariz; "era la puerta" se había cerrado, me quedé a la espera de que alguien la abriera, pero pasaron horas y aquel cerrojo de bronce nunca fue roto, retrocedí y volví a aquella silla donde antes te esperaba, y decidí que era mejor esperarte que seguirme destrozando la nariz con la puerta.

por eso estoy aquí donde tu sabes como encontrarme, a pesar de las grietas que me ha causado el tiempo y las circunstancias, sigo aqui esperándote, no porque mi mente quiera, TE ESPERO PORQUE DIOS NO ME PERMITE TOMAR OTRO CAMINO Y MI CORAZÓN AMA ESPERARTE,

Estas líneas son para ti, por si las lees o te las cuentan, pero son para tí, son para tu corazón que está unido con el mio por una petición que un día en distintos lugares, y en distintos tiempos hicimos, pero que hallaron un punto intermedio donde Dios decidió que eran perfectas para encontrarse.


Quiero decirte hoy vikingo, que hubiese preferido no hablar contigo con los ojos abiertos porque hoy que no estas,el horizonte me ciega con su oscuridad me ciega y atientas voy tocando esquinas, esquinas que tienen bordes filosos que hieren mis manos y lastiman mi caminar.

quiero decirte hoy mi amado vikingo que hubiese preferido nunca creer en ti,creer que un día llegaste a mi vida, creer que eres mi amor real.

hubiese preferido jamas escuchar tu dulce voz al cantar,hubiese preferido el silencio eterno a estar hoy sin la suave cadencia de tus palabras.

hubiese preferido,no hablar, no ser, no oir, no mirar; no creer, pero no lo decidí yo, ALGUIEN DECIDIÓ POR NOSOTROS.

Me rindo, no pelearé más, NO TENGO OTRO CAMINO diferente que el que me lleva hacia ti.


Tu Rebeca.

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