miércoles, 6 de febrero de 2013

La semilla no regresa vacía

1 Corintios 16: 12 Acerca del hermano Apolos, mucho le rogué que fuese a vosotros con los hermanos, más de ninguna manera tuvo voluntad de ir por ahora; pero irá cuando tenga oportunidad.

Apolos se había visto afectado por la problemática de las iglesias, de pronto la actitud que veía entre sus hermanos, cuestiones éticas que iban en contra de la palabra de Dios, a lo mejor pudo entrar en alguna crisis de confusión,  lo que sí es notorio analizando las palabras de Pablo, es que Apolos había entrado en una apatía espiritual, su espíritu se notaba decaído;  cuando Pablo dice " mucho le rogué que..... Más de ninguna manera tuvo voluntad de ir ", se vislumbra el desgano de Apolos para acudir al llamado que le hizo Pablo su líder espiritual.

Sin embargo mi intención no es resaltar el problema de Apolos o sus causas, mi intención es rescatar la sabiduría de Pablo al Manejar la situación, nos da una gran enseñanza de lo que es verdaderamente el liderazgo espiritual.

Pablo deja ver en sus palabras, una sentida confianza en que Apolos a pesar de la crisis que estaba atravesando regresaría, no acudió con exigencias, no impuso su autoridad de líder, simplemente dijo: "pero irá cuando tenga la oportunidad", ¿de qué oportunidad hablaba Pablo?, ¿en manos de quien estaba esa oportunidad?

 El concepto de la palabra oportunidad no se limita a un expresión de tiempo u ocasión, el concepto más apropiado para la palabra oportunidad es: " Una circunstancia favorable" que a veces no es predecible de acuerdo al tiempo, sino que depende de quién ofrece la "oportunidad" y creo que era justo a lo que Pablo se refería, a una circunstancia favorable que permitiera que Apolos meditara, se sanara, y se llenara de ánimos para volver, y eso solo estaba en las manos de Dios.

 Pablo puso toda su confianza en la semilla que había puesto en él como su líder espiritual, y sobre todo confió que cada palabra depositada en él   cumpliría el efecto querido por Dios, no porque él era "Pablo el gran Líder  sino porque Dios lo dice en su palabra y el efecto no es otro que su cumplimiento. ¡Qué sabiduría la de Pablo!

En muchas ocasiones se necesita tener la vivencia para tener el conocimiento genuino, por esto no  solo escribo de la vivencia de Apolos, también aprendí de mi propia experiencia, afortunadamente como Apolos tuve un líder sabio que supo manejar la situación, sin presiones confió en que   el propósito de Dios se cumpliría por encima de la confusión que causaron en mí líderes sin fundamento, y que cada palabra que había sembrado en mi daría su fruto. Por su sabiduría estoy aquí escribiendo de mi experiencia y no  confundida lamentándome contra el mundo.

El liderazgo espiritual no radica en imponer la autoridad dada por el llamado de Dios, la esencia del liderazgo espiritual  radica en  la conciencia de que  “no somos nosotros sino Dios a través de nosotros”, es  la certeza de que he sido llamado por Dios para llevar su palabra, y que donde fuere sembrada cada semilla   germinará porque "cuando Dios envía la semilla ya la tierra está preparada" y consecuentemente dará cosecha a su tiempo "en su Oportunidad" pero se obtendrá el fruto.

 Cabe resaltar que , aunque no fue el caso de Apolos y Pablo,  en  algunas iglesias  se pueden encontrar a líderes culpando a los seguidores por las dificultades en su crecimiento espiritual,  todos se marchan como “Rebeldes”, pero sería importante analizar cada situación desde la perspectiva del procedimiento de la siembra y no desde la perspectiva de la fertilidad de la tierra… porque Dios no ha dicho que la semilla de la palabra de Dios depende de la clase de tierra donde se siembra, pues no depende de nosotros…. Depende de Dios y él ha dicho “que su palabra no regresará a él vacía”, le queda entonces al líder auto analizarse para tener confianza en que sus actos no son motivos de caer a los débiles  en la fe, y que por el contrario su trabajo está impregnado del total respaldo de Dios.

Entonces no es suficiente apoyar nuestra confianza en el conocimiento, ni en lo bueno que somos, ni en nuestros  esfuerzos, nuestra confianza como líderes espirituales debe  apoyarse en  la presencia del espíritu Santo en nuestra vida, para que el pueda convencer por medio de cada palabra que sale de nuestra boca para ser sembrada,  ¡porque la semilla no regresará vacía!


 Isaias 55: 10-11 Así como la lluvia y la nieve    descienden del cielo, y no vuelven allá sin regar antes la tierra    y hacerla fecundar y germinar para que dé semilla al que siembra    y pan al que come, así es también la palabra que sale de mi boca:    No volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo deseo    y cumplirá con mis propósitos.



 Bendiciones,



Paola Martìnez Ortìz