miércoles, 26 de octubre de 2011
El premio a la determinación
lunes, 17 de octubre de 2011
Como Isaac encontró a Rebeca
Explicaré las razones por las cuales me guío para encontrarte, bueno en realidad se resume en una sola, pero las expondré de acuerdo a un pasaje bíblico que en lo particular me gusta mucho. Génesis 24: 12-26, La mencionada cita trata de la escogencia de la esposa de Isaac, la escritura narra que aquel siervo pidió ciertas señales a Jehová, de las cuales la definitiva era que aquella doncella que él escogiera para esposa del hijo de su amo le ofreciera también agua para sus camellos.
Amado mío como lo habrás leído muchas veces, Rebeca hizo exactamente lo que aquel siervo esperaba, y aún más;pues también le ofreció comida para sus camellos. El punto al que quiero llegar ,no es a decirte que Rebeca fue muy generosa y que por eso se ganó la confianza de aquel siervo, pues es cierto y eso lo sabe todo aquel que lee esa cita bíblica, solo que yo quiero agregarle algo que he concluido. Rebeca tenìa completamente claro que una buena oportunidad para agradecer a Dios por todo es el momento en el que tenemos la oportunidad de “Dar”, cuando damos; no solo lo debemos hacer porque es bueno, o porque de lo que se siembra se cosecha, sino que si por gracia hemos recibido, también por gracia debemos “Dar”, y es la manera más hermosa de demostrar amor a Dios, Cuando damos, estamos adorando al Padre; Damos dinero, Damos de nuestros dones, pero también damos amor.
Rebeca era una dadora “alegre” porque todo aquel que dé sin mirar quien se lo merece o no está dando con gozo,entrega porque sabe que así como Dios nos da su amor inmerecido así debemos retribuirlo, entonces tendremos un corazón agradecido.
Aquel siervo escogió a Rebeca porque discernió que si era capaz de sacar muchisimas veces agua de aquel pozo para llenar cantaros hasta saciar cada camello con 40 litros de agua, y aún darles alimento, está mujer sin duda alguna sería capaz de amar con todo su corazón a Isaac, pues el que da generosamente ama mucho a Dios. Yo he puesto en ti mis ojos no solo porque atraigas físicamente, no solo porque me imagino lo que podríamos hacer por la obra juntos, me he fijado en tì porque he sentido como amas al padre, tu corazón está repleto de un profundo amor por él; que si dieras amor una y otra vez nunca se te acabaría.Te he escogido porque si amas a Dios me podrías amar a mí, si amas de esa manera a Dios amarías mucho a nuestros hijos, si amas, si amas, si amas, ¿Qué más le puedo pedir a Dios?.
Porque no te conozco, no sé cómo es tu temperamento, no conozco ni siquiera el olor de tu perfume, no sé qué te gusta y lo que no; y suena un tanto incierto, quizás hasta un poco extraño, pero así resultan a veces las cosas de Dios para nosotros. Pero lo que conozco por ahora me resulta suficiente, sé que amas al padre y eso le quita un gran peso a mis miedos, porque estoy segura que un corazón agradecido a Dios como el que tú tienes , sobreabunda en amor para el prójimo.
Isaac amó a Rebeca no por vista sino por fe y consolidó el sueño del padre.
Oraré al padre para que te envié mi Isaac a la casa de tu Rebeca
Paola Martínez Ortíz
" El misterio del Elefante "
Emmanuel Kengne, un personaje muy curioso como caracteriza a todos los niños a la edad de 11 años, había decidido sumergirse en la aventura investigativa, el niño confiaba en la sabiduría de sus mayores, y no había adulto que pudiera pasar desapercibido sin que Emmanuel le preguntara: ¿Cuál es el misterio del elefante?, ¿porqué siendo tan fuerte no se puede soltar de esa pequeña estaca?.
Emmanuel no doblegó ante los intentos fallidos por obtener respuesta, hubo alguien que le dijo: “el elefante no se desata de la estaca porque está domado”, respuesta que no fue satisfactoria para el intrépido niño, quien le contrainterrogó: ¿si está domado, entonces porque tienen la necesidad de atarlo?, pues se supone que un animal domado obedece a las exigencias de su domador.
Intentos e intentos fallidos, nadie daba una respuesta acertada, hasta que un día encontró a un anciano monje de esa región quien sabiamente respondió a su compleja pregunta. El monje le manifestó al niño que sencillamente Randy el elefante no intentaba soltarse de la pequeña estaca porque era un objeto que reconocía desde que estaba pequeño, el elefante desde niño había permanecido atado a esa insignificante estaca, pero antes no tenía la fuerza que poseía ahora, esa pequeña estaca delante del bebé elefante parecía un enorme árbol, el pequeño Randy intentó muchas veces soltarse de aquella estaca, ý a pesar de todo su esfuerzo no pudo, era ciertamente muy fuerte para él. Dijo el anciano al niño: “me imagino que el pobre elefantito se cansaría de tirar y tirar aquella estaca, hasta que se durmió cansado y al día siguiente pensaría ¿para qué intentarlo si nunca podré?, y por esta razón aunque hoy es un joven elefante con mucha fuerza y podría derribar hasta un enorme árbol, no intenta soltarse de la diminuta estaca sencillamente porque desde entonces no ha querido VOLVER A INTENTARLO.
Sí, ahora el desconoce que posee la fuerza suficiente para tirar de la diminuta estaca y soltarse, pero “ÉL NO QUIERE INTENTAR”, “CREE QUE NO PUEDE”, Randy tiene la imagen de aquella fuerte estaca que un día no lo dejó desatarse y cree que perderá su tiempo intentándolo.
Así somos cada uno de nosotros, caminamos por la vida atados a diminutas estacas que en un tiempo no pudimos derribar, vivimos atados a cientos de estacas que nos restan libertad. Pensamos en muchas cosas y decimos “ NO PODEMOS”, sólo porque una vez intentamos y no nos fue posible. Nos enclaustramos en ese difícil y penoso momento, sólo guardamos en nuestra mente “No Puedo………. Es más Nunca podré”, y nunca nos enteraremos de la fuerza que tenemos ahora para derribar si no lo intentamos de nuevo.
¿Que estacas tienes que derribar?, ¿qué has dejado de hacer porque piensas que no puedes?, TE INVITO A QUE HOY LO INTENTES Y NO TE DES POR VENCIDO, PORQUE SÓLO ES UNA DIMINUTA ESTACA, ES MUY PEQUEÑA DELANTE DE TI.
¡Ánimo, eres un vencedor!
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece, Filipenses 4:13