Jurídicamente hablando, un testigo de referencia o "de oídas", es quien conoce de la ocurrencia de un hecho por lo que escucho de otro, él no ha visto, no le consta; solo repite lo que alguien dijo sin tener la certeza de que aquella tercera persona es un testigo presencial, es decir que estuvo presente cuando ocurrió tal hecho "lo vivió".
Aquella figura jurídica no tiene poder probatorio por si sola, requiere acudir a otro hecho relevante que fortalezca su Valor probatorio, como por ejemplo, evidencias encontradas en el sitio que aquel testigo mencionó, indicios graves que encaminen a la hipótesis planteada a convertirse en una tesis probable. Pero aunque se pueda dar lucidez al caso en especifico por medio de este testigo, siempre un Testigo Presencial de los hechos dejara sin importancia a un Testigo de referencia.
Job dijo: "De oidas te había oido, más ahora mis Ojos te ven" (Job 42:5)
En el ámbito espiritual requerimos ser mas presenciales que referenciales, no es lo mismo decir "me dijeron", que decir "yo lo viví", cuando somos testigos presenciales no necesitamos acudir a otro indico mas probable que encaje con nuestro testimonio; es mas simple llevar el convencimiento a otro cuando nosotros mismos lo hemos experimentado, sobra entonces cualquier referencia al respecto, basta con decir " yo estoy seguro porque lo viví" , yo fui testigo presencial,a mi no me contaron "mis ojos lo vieron",
Job lo describe de una manera tan clara cuando dice que lo conocia por que de otros habia escuchado, pero en ese momento había tenido un encuentro personal con Dios y pudo realmente verlo "conocerlo", la biblia no dice que Dios se le presento de manera visible, pero si se puede interpretar que de alguna manera se acababa de manifestar en su vida.
Dios se nos manifiesta como padre, como proveedor, como sanador etc, son tantas las facetas de nuestro todopoderoso que para cada necesidad el tiene una respuesta, pero ¿como dejar de ser testigos de oídas y convertirnos en unos genuinos testigos presenciales?, pienso que mejor manera es anhelar, ¡si!; desear su presencia, cuando queremos sentir a Dios en nuestras vidas procuramos sentirlo, verlo en cada ocasión por mas simple que parezca, empezamos a escucharlo en cada persona, a sentirlo como se siente la brisa en nuestra piel, pero sobre todo procuramos convertir cada situación difícil de nuestra vida en el escenario perfecto para que Dios se nos revele. Y es así como lo vemos, como lo conocemos.
Tal vez has pasado por circunstancias muy dificiles, que de alguna manera han logrado disminuir tu nivel de fe, entra la duda en nuestras vidas, comenzamos a buscarle un argumento a cada cosa, a querer convalidar cada palabra que nos han dicho, y ciertamente ha podido tocar a la puerta la incredulidad.. Pero depronto vienen a nuestra mente esos momentos especiales que nos cautivaron en su presencia, ese encuentro especial con Dios que marco nuestra vida en un antes y un después...eso, solamente eso nos hace permanecer firmes sobre lo que hemos creído, porque ya no Solo oímos de él, ahora somos testigos de su presencia, ya no necesitamos que alguien nos hable para fortalecernos, ahora nos mantenemos sobre la roca. Porque sabemos como encontrarla.
¡ Mis ojos hoy te ven Dios !
He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo.Apocalipsis 3:20.